La marca es una red de elementos de conocimiento
instalados en la memoria a largo plazo. El núcleo que da sentido a esa red
procede del nombre que se asigna a la marca, que está vinculado a otros
conocimientos y significados.
En este nuevo milenio,
el poder de las marcas ya no se justifica por lo que son, sino por lo que
representa que son. Así es como, en el siglo XXI, numerosas y poderosas
empresas han situado la seducción, las marcas y el branding en el centro de su
mundo (Olins, 2004).
Identidades contemporáneas y posmodernas
La forma de la
identidad es la parte reconocible e identificable, mientras que el fondo –sea
lo que sea lo que lo constituye– es confuso y heterogéneo» (Cardús, 2010: 20).
«La definición, la
representación y la difusión de una propuesta de identidad configuran en la
actualidad un conjunto de procesos relevantes en el territorio tanto para
identificar como para generar diversas potencialidades de uso en el escenario
global del turismo». Asimismo, se refieren a la necesidad de maximizar la
experiencia cognitiva, emocional y recreativa con el destino turístico.
Y en este punto definen
lo que viene a ser una propuesta concreta de proyección contemporánea de
identidad territorial (2011: 259): «La definición de una propuesta de identidad
susceptible de ser representada por una narración del territorio». Y esa es,
precisamente, la función encomendada a un ejercicio de branding de lugares, la
de construir un discurso, una narrativa, un relato, un storytelling2 para el
territorio que, además de fijar y proyectar su genuina identidad, permita a los
espacios geográficos objeto de representación ser competitivos en un mercado
global de lugares.
La autenticidad representada: ¿simulacro o realidad?
Camprubí (2009) afirma
que la autenticidad se sitúa a medio camino de la identidad (cómo somos) y de
la imagen turística (cómo nos ven). La construcción de una marca territorial
supone, en este sentido, un trabajo específico con la identidad de un lugar a
partir de la cual proyectar una imagen que sea capaz de generar una ventaja
comparativa y competitiva.
Definiciones en torno al concepto ‘marca de
territorio.
Los significados
asociados a los términos ‘espacio’, ‘lugar’ y ‘territorio’ en el ámbito
anglosajón presentan numerosos matices en relación con el significado que estas
mismas acepciones tienen en el ámbito europeo y estatal. Es por ello que hay
que insistir en que, en el presente artículo, se tratará la marca de territorio
desde un punto de vista holístico, tanto en lo referido a sus límites territoriales
a cualquier escala como en lo que compete a sus connotaciones socioculturales,
de intangibles o bien de significados geográficos que se le puedan asociar.
DE LA MARCA COMERCIAL A LA MARCA TERRITORIAL
El l branding corporativo se consolida como el referente
de aplicación en el ámbito de los territorios. El planteamiento de esta
dicotomía –corporaciones versus territorios– en un contexto de branding permite
desarrollar un análisis comparativo a partir del cual concretar las diferencias
básicas de aplicación de un proceso de construcción de marca (branding) en
ambos casos. Si bien los objetivos terminales de corporaciones y territorios
convergen, el camino por recorrer es sustancialmente diferente.
Referencia
San Eugenio, V. J. (2013). FUNDAMENTOS CONCEPTUALES Y
TEÓRICOS PARA MARCAS DE TERRITORIO. España: Boletín de la Asociación de
Geógrafos Españoles.
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